Insectos coleópteros conocidos vulgarmente como carcomas gigantes.
Dentro de esta familia encontramos numerosísimas especies que ocasionan daños en la madera, pero si nos ceñimos a las que causan daños en madera puesta en obra en la Península Ibérica, solo tenemos dos: Hylotrupes bajulus y Hesperophanes cinereus.
Además, el Hylotrupes bajulus solo ataca madera de coníferas (pino, abeto, alerce, etc.), mientras que el Hesperophaces cinereus solo lo hace con las frondosas (Roble, castaño, nogal, etc.), por lo que dependiendo de la madera que se encuentre dañada, podemos saber de cual se trata, sin necesidad de capturar un ejemplar adulto.
Los adultos son de gran tamaño, midiendo unos 2 ó 3 cm. De longitud. Las larvas, tienen los anillos bien marcados, de forma cilíndrica y de color blanco-amarillento. Poseen fuertes mandíbulas que utilizan para perforar las galerías.
Su ciclo larvario (es decir, desde la puesta de los huevos hasta la salida de los adultos) puede variar entre los 3 y 15 años, dependiendo de las condiciones ambientales y del elemento atacado. Esta duración tan larga del ciclo, hace que solo se detecten los signos del ataque mucho después de haber sido contaminada la madera.
En el caso de los cerambícidos los orificios de salida son de mayor tamaño de 5 a 10 mm. Y tienen forma elíptica.
Podemos ver un ejemplo en la fotografía.
El serrín que dejan los cerambícidos en las galerías es muy compacto, quedando en su interior y siendo necesaria una fuerza apreciable para desprenderlo.
Ejemplar adulto de Hylotrupes bajulus.
Cuando la larva alcanza un cierto tamaño, se puede oir perfectamente el sonido que hace al ir perforando las galerías por el interior de las piezas de madera, sin la necesidad de utilizar nungún instrumento de escucha.